| Inteligencia humana |
| | La investigación sugiere una adaptación biológica específica en el ser humano para la vida social y la cultura, tal como plantea la hipótesis de la inteligencia cultural. Estas habilidades socio-cognitivas especializadas permitirán adquirir otras habilidades cognitivas complejas tanto a través de la imitación como de la educación. | |
El trabajo, que se publicará el próximo viernes en la revista Science, revela una adaptación biológica específica en el ser humano para la vida social y la cultura.
Un estudio realizado a lo largo de cuatro años en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), con participación de la Universidad Complutense, aporta información decisiva sobre las causas de que el ser humano sea “más inteligente” que el resto de los primates. La investigación da la razón a los expertos que mantienen la llamada hipótesis de la inteligencia cultural, según la cual los humanos hemos desarrollado habilidades sociocognitivas especializadas para poder vivir e intercambiar información en grupos culturales y es esta dimensión colectiva, que permite beneficiarse de las habilidades y de los conocimientos de los otros, y que se desarrolla en edades muy tempranas, la que hace al ser humano tan “inteligente”. El estudio descarta la hipótesis de la inteligencia general, que explica la mayor inteligencia por el mayor tamaño cerebral.
Desarrollo del estudio El trabajo, que se publicó ayer, en la revista Science, ha sido realizado por cinco investigadores: E. Herrmann, J. Call, M.V. Hernández-Lloreda, B. Hare y M. Tomasello. Dos de ellos son españoles: Joseph Call, del Instituto Max Planck, y María Victoria Hernández-Lloreda, profesora del Departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la Universidad Complutense de Madrid.
En la investigación se aplicó una amplia batería de tests cognitivos a 106 chimpancés, 32 orangutanes y 105 niños de 2 años de edad. Si bien niños y grandes simios tuvieron resultados muy similares en lo relativo al conocimiento del mundo físico (tareas espaciales, estimación de cantidades e inferencia causal), en la comprensión del mundo social (imitación, comunicación no verbal o interpretación de intenciones) los niños de 2 años, que aunque ya utilizan el lenguaje aún no están escolarizados, obtuvieron resultados mucho mejores.
La investigación sugiere una adaptación biológica específica en el ser humano para la vida social y la cultura, tal como plantea la hipótesis de la inteligencia cultural. Estas habilidades socio-cognitivas especializadas permitirán adquirir otras habilidades cognitivas complejas tanto a través de la imitación como de la educación.
La creación de la batería de tests cognitivos que puede ser aplicada tanto a niños como a primates no humanos constituye un logro que va más allá de los resultados específicos de este estudio, ya que abre la vía para poder explorar de forma sistemática las habilidades cognitivas de otras especies de primates, lo que proporcionará el tipo de información necesaria para reconstruir tanto la evolución biológica como cultural de la cognición humana.
Este trabajo se enmarca dentro de una colaboración entre el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (MPI-EVA) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que comenzó en 2003 y se formalizó con un convenio entre MPI-EVA y el grupo de estudio de las relaciones sociales de la UCM, dirigido por Fernando Colmenares Gil, del que forma parte María Victoria Hernández Lloreda. |
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