martes, 17 de julio de 2012

Mi experiencia en MONA nº4: Andrés D. Richart

Nombre: Andrés D. Richart Piqueras.
Tipo de experiencia: Voluntariado en la Unidad de Investigación
Fecha: 2011-2012.
Actualmente: Voy a comenzar el último curso de la Licenciatura que estoy cursando, en Filosofía. Más adelante espero doctorarme investigando temas de Filosofía Moral desde una perspectiva relacionada con la etología y la primatología, entre otros campos del saber.


A mucha gente le sorprende que alguien como yo, que estudia Filosofía, se muestre tan interesado en la Primatología, sin embargo creo que muchas cuestiones filosóficas pueden y deben ser abordadas de forma interdisciplinar. La Primatología y la Etología tienen mucho que ofrecer a este respecto. Una perspectiva interdisciplinar nos permitirá transgredir los límites de nuestra especie y pensar multitud de cuestiones filosóficas atendiendo a especies animales no-humanas.

Mi primer acercamiento a Fundación Mona tuvo mucho que ver con ello. Buscaba un lugar donde ampliar mis conocimientos sobre primatología y etología. Empecé realizando algunos cursos, y a penas un año más tarde comencé a colaborar como voluntario de investigación. Además de mis intereses académicos y del hecho de que me considero un fiel defensor de los animales, siempre me había fascinado la idea de que en el corazón de algunas selvas viviesen complejas sociedades de seres que no eran humanos. Mi voluntariado en Mona me dio la oportunidad de ver a estos seres de cerca y aprender mucho sobre ellos, pasaría horas observando a los chimpancés, registrando su conducta, descubriendo en su día a día la riqueza y complejidad de estos animales. Ha sido una experiencia única que me ha enriquecido a nivel académico y a nivel personal, superando con creces mis expectativas iniciales.

Encontré en Mona una puerta al mundo de la primatología y la etología, un lugar que enseña y educa, creando conciencia, donde la investigación y la divulgación científica se compatibilizan con la acogida y el cuidado de chimpancés y macacos desamparados. Y no solo eso, también los humanos encuentran un hogar en este Santuario, ya sea durante uno de sus breves cursos o durante una estancia larga, el equipo que forma Mona –del cual agradezco especialmente a Miquel Llorente la oportunidad que me dio de trabajar con ellos- así como la gente que allí conocí y que estaba de paso me hicieron sentir como uno más de ellos, de hecho me hicieron ser uno más. Siento que mi relación con Fundación Mona no ha hecho más que comenzar, será siempre un lugar de peregrinación, un origen y un destino, cuyo legado no es solo lo que me haya podido ofrecer, sino la posibilidad de volver allí para hacer y descubrir siempre cosas nuevas.

¡Gracias a todo el equipo de Mona y a toda la gente que colabora con él! Vuestro trabajo y vuestra ilusión han hecho posible que exista un lugar maravilloso, donde muchos animales tienen una oportunidad de ser felices, y donde muchas personas pasan para formar parte de ese sueño hecho realidad que Fundación Mona es.