- • Una paleontóloga de Cambridge propone que los 'Homo sapiens' modernos poblaron la Tierra en dos oleadas
- • Los aborígenes australianos son la herencia de la más antigua
ANTONIO MADRIDEJOS
BARCELONA
Hace 70.000 años, unas tribus de Homo sapiens dejaron su cuna africana y se lanzaron a la colonización del mundo: partiendo de la actual Eritrea, cruzaron el estrecho de Bab el Mandeb, alcanzaron la península Arábiga y, con el paso de las generaciones, bordeando las costas o saltando de isla en isla, hollaron la lejana Australia hace 60.000 años. Los primeros emigrantes modernos llegaron ciertamente lejos, pues cubrieron 12.000 kilómetros, pero su éxito demográfico fue más bien escaso: la herencia genética de aquellas poblaciones solo es detectable hoy en día en unos cuantos miles de personas en Australia y en recónditos rincones de Asia oriental y el Índico.
No hay más herencia visible. Lo dice la genética: o se extinguieron o fueron asimilados sin dejar rastro, puesto que todo el resto del mundo, incluyendo el resto de África, desciende de una segunda expansión mucho más exitosa que aconteció hace 50.000 años. Esto es al menos lo que propone Marta Mirazón Lahr, paleoantropóloga de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), para quien las dos migraciones son la única forma de explicar las particularidades de los nativos australianos. Mirazón participó en un congreso en Barcelona invitada por el programa de ciencia de la Obra Social La Caixa.
"Es cierto que los estudios genéticos apuntan hacia una única migración porque todos los humanos somos muy parecidos, pero cuando uno estudia la morfología y las herramientas de los antiguos australianos se da cuenta de que algo no encaja", afirma.
Avance del desierto
Una crisis climática que desertizó el África tropical fue posiblemente el acicate que hace 70.000 años amplió los horizontes del Homo sapiens. Eso sí, fueron muy pocos, "quizá 500 o 1.000", los que realmente cruzaron Bab el Mandeb. Los colonizadores, adaptados a una dieta más marinera, siguieron por la costa de lo que hoy es Irán hasta llegar al delta del Indo y la India. Aunque varios estudios lo sugieren, Mirazón no cree que la colonización definitiva del planeta partiera de las poblaciones que se instalaron en esas regiones: "Habría que atravesar desiertos o bien los montes Zagros o el Himalaya. No parece fácil". En cambio, la paleoantropóloga considera que los sapiens de aquella época ya tenían suficiente destreza marinera como para sortear los numerosos estrechos que llevan a Australia, incluyendo uno último de 90 kilómetros de anchura. "Podían fabricar barcazas capaces de transportar a varias familias".
Uno de los escollos de la hipótesis de las dos migraciones es que no se han encontrado restos ni descendientes en la India, territorio por el que forzosamente debieron de pasar aquellos primitivos colonizadores. Mirazón Lahr afirma que la erupción del volcán Toba (Indonesia), la mayor en el último millón de años en la Tierra, pudo abocar a la extinción a las comunidades locales en la India y sepultar cualquier resto arqueológico. En su opinión, no es nada descabellado pensar en grandes extinciones porque la humanidad ha sufrido varios cuellos de botella en los últimos 200.000 años.
La migración de hace 70.000 años no ha dejado huella visible en la India, al menos por ahora, pero en cambio sí hay una indudable herencia en poblaciones actuales de las islas Nicobar y Andamán y en núcleos aislados de Filipinas, Malaisia e Indonesia. "Son tribus que quedaron arrinconadas". Originariamente, estas poblaciones reliquias no eran sustancialmente diferentes al grueso de los humanos modernos, pero el aislamiento acentuó ciertos rasgos, como la baja estatura, dice Mirazón.
¿Las diferencias entre los antepasados de los aborígenes australianos y el resto de la población mundial son debidas a una evolución separada, fruto del aislamiento, o a diferentes orígenes africanos? "No tenemos ni idea del proceso de diferenciación dentro de África que llevó al origen del hombre moderno hace 150.000 años. En líneas generales, los colonizadores de ambas migraciones eran muy parecidos, pero no creo salieran de los mismos linajes", concluye la paleontropóloga.
Fuente: El Periódico de Catalunya, 24-10-2006, www.elperiodico.cat
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